Arboledas
del Riánsares hace 100 años (comienzos del Siglo XX). En un
primer plano el Vadillo de los Frailes (actual calle alcacer y puente de Feliciano) al fondo el arrabal de San Sebastián |
Introducción
Funcionamiento de los molinos de Agua
La
principal y más antigua industria agraria de transformación a lo
largo de la historia de Corral de Almaguer fue sin lugar a dudas la
harinera. Hemos de tener en cuenta que la mayor parte de las tierras
cultivables del término se dedicaban a la producción de cereales por
la trascendencia que tenían para la alimentación humana, de ahí la
gran cantidad de molinos harineros que se asentaron en el cauce del Riánsares
a lo largo de los siglos y sobre todo en el Cigüela, que contaba con
mayor caudal y no solía secarse durante los meses de verano.
Partes de un molino hidráulico de Rodezno |
Por
su trabajo, el molinero cobraba “la maquila” consistente
en una parte del total de la harina molida (normalmente un celemín
por cada fanega)
Tras
pasar por el rodezno y mover la rueda, el agua regresaba de nuevo al
cauce principal del río, mediante otro canal conocido como “socaz”
Molinos de agua y “aceñas” del término de Corral de Almaguer
Corral
de Almaguer, por encontrarse atravesada por el río Riánsares, contó
desde sus orígenes con una serie de ingenios o artificios de tradición
musulmana, capaces de aprovechar el flujo continuo de las aguas para
mover las pesadas piedras de los molinos. Y aunque ya desde época
romana se encontraba muy extendido el uso de molinos de aceite y
norias de tracción animal que facilitaban la extracción de las aguas
para los regadíos de las huertas, la construcción de estas primeras
máquinas hidráulicas dotadas con engranajes y elementos mecánicos,
supuso una auténtica revolución para la rudimentaria economía de la
época, pues obtenía una enorme producción con una mínima
intervención humana.
Ruinas del molino de Pedro Tejero en los años 80 |
Año
1223
Carta
de venta de Domingo Muñoz, su esposa doña María y su cuñado García,
por la que vendieron al Comendador de Uclés, don Pedro González, 37
quiñones de tierra situados en Almaguer, además de dos
horas de molienda y dos tierras en Magaceda (futuro Villamayor de
Santiago).
Ego
Domingo Munnoz e mi mugier dona María e mi cunnado García, vendemos
a la Orden en Almaguer, de Domingo Munnoz XXIIII quinnones e de García
XIII. De dona María en magazera, II horas en el molino man
et noch, e II tierras, el una en el angosto e otra en el exido.
Año
1224
Carta
de permuta entre el Comendador de Uclés con toda la Orden y Juan
Pascual de Tarancón, por la que la Orden se quedaba con 60 quiñones
de tierra en Almaguer, a cambio de la cuarta parte de lo que poseía
en Cabezamesada, desde el pozo mediano hacía arriba, con un tercio
del molino del Riansares y sus correspondientes horas de molienda,
exceptuando las casas que son de los frailes.
Pergamino
del año 1224 que recoge una permuta de tierras en Almaguer
entre la Orden de Santiago y Juan Pascual de Tarancón |
Fuera
de estas antiguas cartas de venta y permuta, las primeras noticias
directas sobre los molinos del Riánsares nos las proporcionan los
Libros de Visitas de la Orden de Santiago. Por ellos sabemos que ya a
finales del Siglo XV (pero muy probablemente desde varios siglos atrás)
existían en el término de Corral de Almaguer al menos cinco molinos
harineros y uno batanero. Tres de ellos, los más antiguos, estaban
ubicados en las inmediaciones de la vieja población de Almaguer en el
cerro de la Muela, lo que nos da idea de la época en que debieron ser
construidos. El más antiguo de todos, el molino de Pedro
Tejero, es probable que incluso funcionara ya en tiempo de los
romanos, pues se encontraba adosado a una rica villa de campo romana
y, aunque fue reconstruido y remodelado posteriormente durante la alta
edad media por el tal Pedro Tejero, es curioso que sea el único del
que se conservan todavía algunos restos. En lo que respecta a los
otros dos, el de Pedro Hernando y el de Mingo
Gil, es difícil localizar su ubicación exacta, pues no
existen datos ni restos que nos lo indiquen, pero debemos situarlos
igualmente en las cercanías de la vieja villa de Almaguer (cerro de
la muela) en la zona en la que el río Riánsares se encajonaba (el
congosto) y adquiría mayor velocidad. Debían estar por lo tanto en
las inmediaciones del actual puente de palo. Y puesto que los tres se
encontraban emplazados en las tierras que la Orden de Santiago poseía
en la localidad, pagaban a esta institución los llamados “quartos
de los molinos”, consistentes en una determinada cantidad de
fanegas de harina según la cantidad de piedras del molino y el año.
Mecanismo de un molino batanero |
Mapa
de 1881 en el que aún aparece recogido el carril del judío que conducía al molino batanero. |
Con
el aumento de habitantes y la mejora de la economía que siguió a la
etapa de los Reyes Católicos, se roturaron nuevas tierras y se
obtuvieron mayores y mejores cosechas de cereales que necesitaban ser
molidas, tanto para producción de harinas para pan, como para el
salvado utilizado en la alimentación de las personas más pobres y
los animales. Circunstancia que aprovecharon algunos vecinos
acaudalados de la villa para construir nuevos molinos. Nacieron de
esta manera, al otro lado de la población, en dirección a
Cabezamesada, otros dos molinos harineros conocidos entre los vecinos
como el molinillo (más tarde conocido como el
molino de Santa María) y el molino de la Guerrera (más
tarde conocido como molino de Nogales), de los que también tenemos
referencias en 1494, aunque de forma indirecta: Los quartos
de los molinos del Riansares que son: Pero Tejero e Pero Fernández e
Mingo Gil, e todos los otros que hicieren abaxo, el año que muelen
valen obra de doçe fanegas de trigo. Agora no muelen.
Rodezno girando por la fuerza del agua que lo impulsa |
Pero
volvamos a las aguas del Riánsares. Para el año 1511 eran ya siete
los molinos hidráulicos construidos en el término de Corral de
Almaguer, cinco de ellos en tierras de la encomienda, por lo que
pagaban los llamados “quartos” al comendador: Rimarruecas,
Tejado, Pedro Hernando, Mingo Gil y Pedro Tejero, y otros
dos situados entre Corral y Cabezamesada que, por no estar asentados
en las tierras de la encomienda, no pagaban los mencionados impuestos
al comendador. Estos eran los molinos de Nogales y el
Molinillo
En
el año 1555 son ya diez los molinos que aparecen recogidos entre los
documentos de la Orden de Santiago: Tiene más (la
encomienda) el derecho de los quartos de los molinos que
dicen de Arrimarruecas e de Tejado e de Pedro Tejero e de Pedro
Hernando e de Mingo Gil e de Pedro Tahonero e del de Cañizares que
cada un molino destos paga a la dicha encomienda tres fanegas de trigo
en cada un año. Y hay que añadir en esta ocasión tres
molino más: el de Paulés o Pablés, situado junto
al mojón que departía términos entre la Orden de Santiago, la Orden
de San Juan y el Arzobispado de Toledo (molino perteneciente a la
capilla del comendador Juan de Ayllón), y los molinos ya mencionados
de Nogales y el Molinillo.
Mapa
del Siglo XVIII en el que aparecen recogidos todos los molinos
de agua del término de Corral de Almaguer |
En
los 50 años que restan hasta llegar al Siglo XIX, dos molinos más se
añaden en el cauce del Riánsares, el molino de Pingazorras propiedad
del vínculo de don Tomas Collado Peralta de Lillo (no confundir con
otro molino del mismo nombre en el Cigüela) y el de Enmedio
Decadencia y hundimiento de los molinos del Riansares
Ruinas del molino de Pedro Tejero en la actualidad |
Conscientes
de que los terratenientes de la villa, por muy condes o marqueses que
fueran, jamás se opondrían a las decisiones de un Infante de España,
expusieron a don Antonio Pascual el gravísimo problema que suponía
para la salud de los vecinos, la existencia de aguas remansadas en las
inmediaciones del municipio y más concretamente en la llamada laguna
de la Serna y en las numerosas represas, balsas y acequias o madres de
los molinos cercanos a la población. Esos lugares se convertían
durante los meses de verano en auténticos criaderos de mosquitos que
invadían por millares las calles y viviendas de la localidad,
propagando las temibles fiebres palúdicas (malaria) que hacían de
Corral de Almaguer una de las poblaciones más insanas y con más
mortalidad de la comarca.
Ruinas
del molino de Tejado, cercano al límite con los términos de Lillo, Villacañas y Villa de don Fadrique |
Muela del último molino harinero de Corral de Almaguer |
Restos
de la pequeña represa o "Azud" que desviaba las
aguas del Riánsares hacia el "caz" o madre del molino de Collado. al fondo la compuerta de entrada hacia dicho canal |
Arboledas del Riánsares a comienzos del Siglo XX (antes de la tala) |
ARCHIVO
HISTÓRICO NACIONAL. Tumbo menor de Castilla. Códices. Signatura
1046 B.
ARCHIVO
HISTÓRICO NACIONAL Sección Órdenes Militares. Orden de Santiago.
Libros de Visitas. Libro 1064C, año 1494; libro 1067C, año 1498;
libro 1068C, año 1500; libro 1070C, año 1507; libro 1071C, año
1511; libro 1076C, año 1515; libro 1079C, año 1524….
ARCHIVO
HISTÓRICO PROVINCIAL DE TOLEDO. Catastro del Marqués de la
Ensenada. Contestaciones de Corral de Almaguer. H-219 a H-225
GARCÍA
IBÁÑEZ, Gorgonio. Manuscrito sobre Corral de Almaguer. Año 1862
GARCÏA
MELERO, José Enrique. Arte español de la Ilustración y del Siglo
XIX. Ediciones Encuentro. Año 1998
MADOZ,
Pascual. Diccionario Geográfico-estadístico-histórico de España
y sus posesiones de Ultramar. Años 1845 a 1850
REAL
ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO. COMISIÓN DE ARQUITECTURA
23 DE DICIEMBRE DEL AÑO 1800
SAMBRICIO
Carlos. Silvestre Pérez, Arquitecto de la Ilustración. Comisión
de Cultura del Colegio de Arquitectos de San Sebastián. Talleres
Itxaropena, Zarauz, 1975.
VELA SANTAMARÍA, Francisco Javier. Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI: los molinos harineros de la Meseta Sur. INVESTIGACIONES HISTÓRICAS Nº 29 pp. 11-40 año 2009. Universidad de Valladolid.