DIFERENTES CHARLAS SOBRE ARQUEOLOGÍA DEL CERRO EL GOLLINO


b_280_300_16777215_0_0_images_fotos_eventos_Arqueologia1-1.pngCon máxima asistencia dio comienzo el pasado sábado el ciclo de conferencias arqueológicas de la segunda edición de los Veranos carpetanos, con la charla de J. Santiago Palacios Ontalva, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, La Orden de Santiago y la guerra en la frontera. Vocación militar, capacidad y recursos bélicos.

En su ponencia, Santiago Palacios analizó los años tempranos de la historia de la orden santiaguista, incidiendo en los aspectos organizativos y logísticos documentados en las fuentes escritas, al tiempo que reflexionó sobre la popularidad alcanzada por la Orden durante la Edad Media peninsular. El tema de Palacios, a quien agradecemos su colaboración, dio lugar a un turno de preguntas y un interesante debate tanto sobre la Orden como acerca del castillo santiaguista y la importancia en la historia de Corral de Almaguer.

Estas charlas están enmarcadas dentro de los Veranos carpetanos, promovidos por Amigos de Corral como actividad complementaria a los trabajos de excavación arqueológica que se están desarrollando en el asentamiento carpetano del cerro Gollino.

El próximo sábado 21 de junio tendrán lugar dos nuevas charlas sobre dos temas locales interesantes. Por una parte, la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid Clara Serna Alberola expondrá la conferencia El patrimonio de la Guerra Civil en nuestra localidad: retos y propuestas. Por otro lado, Javier Mejías España, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, tratará el tema Las primeras aldeas medievales de Corral de Almaguer a través de las fuentes documentales y arqueológicas.

 

¿Son importantes los bienes patrimoniales del siglo XX? Esta pregunta fue el hilo conductor de la segunda charla de los Veranos carpetanos, que bajo el título El patrimonio de la Guerra Civil en nuestra localidad: retos y propuestas estuvo a cargo de la profesora Clara Serra Albeloa, de la Universidad Autónoma de Madrid.

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En su exposición temática, Serra habló de la necesidad y conveniencia de mantener los elementos patrimoniales, ya que pueden reportar importantes beneficios tanto sociales como económicos. Por otro lado, apuntó que este patrimonio es poco conocido, a veces, y en ocasiones se encuentra en deterioro abandono e incluso vandalizado, condenado a una desaparición por uno de sus mayores enemigos: el tiempo.

La Ley de memoria democrática de octubre de 2022 recoge la necesidad de significar y proteger lugares representativos de la Guerra Civil. Pero si lugares emblemáticos como Belchite se encuentran en situación ruinosa, ¿qué pasará con los que no están protegidos o son poco conocidos? Este es el caso, apuntaba Clara Serra, del campo de aviación construido en Corral de Almaguer, en 1937, por el Gobierno republicano. En dicho espacio se encontraba un refugio antiaéreo, baterías de ametralladoras, cuerpo de guardia y caseta para pilotos.

La serie de elementos patrimoniales han creado un turismo de la memoria, que puede dar lugar a una banalización de los contenidos, a comportamientos inadecuados y a un dark tourism (turismo oscuro) de consecuencias dudosas. Por ello, indica Serra la necesidad de significar estos lugares, que pueden aportar beneficios interesantes, como crear vínculos de concienciación con el patrimonio, crear comunidad, transmitir valores y revalorización de la zona.

Entre las propuestas apuntadas por la ponente para estos iconos patrimoniales están la creación de itinerarios didácticos, exposiciones temáticas, difusión por web y redes y jornadas de divulgación. Para ello, continúa, es necesaria la concienciación, conocimiento y significación de estos elementos y fomentar iniciativas mediante el trabajo de instituciones y asociaciones para revitalizar lugares olvidados que pueden aportar beneficios y una amplia enseñanza de la Historia.

El próximo sábado tendrá lugar una nueva conferencia a cargo del profesor John Reíd, del Tritonium Trust de Reino Unido.

 

b_280_300_16777215_0_0_images_fotos_eventos_IMG_4320.jpeg¿Cuándo comenzó la violencia? Esta fue la interesante pregunta que plateó Manuel Fernández Gözt, de la Universidad de Oxford, en la conferencia que dio, dentro de los Veranos carpetanos, sobre la Arqueología de conflicto y los conocimientos extraídos del estudio de los campos de batalla a lo largo de la Historia.

Trabajos recientes centrados en acontecimientos de desarrollo largo como la guerra de los Treinta Años, las napoleónicas, la guerra civil americana o las dos grandes guerras mundiales, han cambiado la óptica de las investigaciones y establecido una metodología de mayor disección, que van de la gran extensión a la localización específica. Históricamente, el conocimiento se ha transmitido a través de las fuentes escritas, pero las nuevas metodologías han venido a reforzar, ampliar o incluso a rectificar hechos admitidos durante siglos. Ambas fuentes, sin embargo, son complementarias.

Mediante el estudio en detalle de los campos de batalla, Fernández Götz establece el conocimiento y desarrollo de guerras y enfrentamientos, cuál fue el grado de violencia empleado y las consecuencias y modificaciones que provocaron tanto en el plano sociodemográfico como medioambiental. Con el ejemplo de diferentes campos de batalla fue ilustrando los diversos comportamientos de los pueblos, de las conclusiones extraídas de los elementos encontrados y de la materialidad de la violencia, así como de la organización, estructura de los ejércitos y procedencia de los contendientes, que en ocasiones era un conglomerado de gentes del más variado origen.

Un apartado interesante fue el dedicado a Julio César y el imperio romano en general, pues ha habido grandes personas que han hecho mucho daño, dejando un extenso reguero de asesinatos y esclavitud. César no tenía medida para conseguir sus objetivos y transmitir sus hazañas con maestría, de forma que sus estrategias y tácticas de combate han servido de ejemplo a lo largo de todas las épocas. La violencia romana no siempre fue empleada para conquistar nuevas tierras, sino que también la utilizaron para defenderse. Como ejemplo de estrategia, también mencionó la famosa batalla de Little Bighorn, donde el séptimo de caballería del general Custer fue estrepitosamente derrotado por los indios Toro Sentado y Caballo Loco y concluye que en las guerras de exterminio de Norteamérica, la población aborigen está desaparecida, despojada de todo protagonismo, como les suele suceder a los vencidos, y es necesario darles visibilidad para unas conclusiones de mayor exactitud.

Importancia especial tuvo el apartado dedicado a las ceremonias de agradecimiento a los dioses con ofrendas y sacrificios, así como las conmemoraciones con exaltación de la maquinaria de poder. En toda batalla hay siempre dos partes a las que mirar, de ahí la necesidad imperiosa que tiene el pasado de ser contado y de saber quién recuerda la Historia.

 

b_280_300_16777215_0_0_images_fotos_eventos_LourdesP-1.jpg Diferentes culturas han usado las posiciones del Sol, bien para marcar los ciclos del tiempo, bien para buscar una divinidad protectora contra lo desconocido, han establecido santuarios, lugares de referencia donde realizar ofrendas o suplicar beneficios personales. Sobre los Santuarios ibéricos en el final de su historia versó la sexta conferencia, ofrecida en esta ocasión por Lourdes Prados Terreira, de la Universidad Autónoma de Madrid, dentro del ciclo de los Veranos carpetanos.

En el entorno de los pueblos prerromanos existía una enorme diversidad, de la que se derivan diversas creencias, pero hay un elemento común que unifica toda la variedad: los exvotos ofrecidos en cualquiera de sus características materiales, piedra, arcilla o bronce. Estos elementos, bien elaborados y con alto cuidado del detalle, representaban un extenso abanico de ofrendas, sobre todo corporales. Además, indica Padros, siempre existen lugares especiales de la naturaleza que ayudan a entender cómo eran los paisajes, la importancia de su ubicación y aportan datos, a través de la Arqueología, que informan de las ofrendas que en ellos se realizaban. Asimismo, estudios serios de arqueoastronomía aproximan a la importancia dada a los equinoccios y solsticios, sobre cómo el sol incidía en determinados lugares, de forma natural o con pequeñas modificaciones, proyectando imágenes a las que atribuían cierta divinidad.

Donde más se extendió Lourdes Prados fue en lo referente a la gran cantidad exvotos encontrados en la larga lista de lugares estudiado. En estos exvotos se aprecia la divinidad de los dioses a los que se ofrendaba. También son de gran importancia las piezas halladas que muestran escenas narrativas, en una época en que la lectura era de muy escaso dominio. No solo son importantes estos elementos, sino también las propias características del santuario, la función política que representaba, las características naturales y paisajísticas para su ubicación, la iluminación solar, la idiosincrasia de la comunidad... Lugares sagrados como el cerro Gollino, con un extenso dominio del territorio y que aún existe la incógnita de su ámbito religioso.

Apuntó Prados la importancia de visibilizar los grupos que aparecen, sobre todo el mundo de las mujeres y los elementos de su actividad, cómo la imaginería de las aves aparece asociado principalmente a la mujer, por ello es importante realizar las investigaciones arqueológicas con metodología de contexto y dejar fuera a gente ajena a la investigación.

Lourdes Prados Terreira pertenece al primer grupo que se interesó por el asentamiento carpetano del cerro Gollino y llevó a cabo, hace tres décadas, las prospecciones iniciales sobre el terreno.